Un traje de chaqueta de Balenciaga, es el traje del mes de abril en el Centro Museístico Charo Acero. Un traje compuesto por una falda y una chaqueta de tejido tweed de espiga en lana de color verde que se utilizaba en el invierno de 1963 a la primavera de 1964.
Los años 50 y 60 constituyeron la edad dorada de la trayectoria de Cristóbal Balenciaga que le llevó a concebir algunos de los hitos de la historia de la moda occidental. Los trajes de este periodo constituyen un exponente de las características que recogen las propuestas de Balenciaga en estos años, siempre equilibradas por siluetas de gran simplicidad formal.
Sus colecciones se caracterizan por la simplicidad de los materiales, la sobriedad de las líneas y la funcionalidad, especialmente con la incorporación paulatina de la mujer al mundo laboral. Las líneas fluidas, los cortes simples y las mangas perfectamente confeccionada de sus prendas garantizaban la comodidad y la libertad de movimientos de las mujeres que la llevaban.
Fue admirado y respetado, tanto que logró convertirse en un modisto de culto. Su dominio de la técnica, su coherencia y visión, impresionó e inspiró a los creadores del siglo XXI.